Friday, February 09, 2007

VALPARAÍSO EN LLAMAS


Valparaíso en llamas


Valparaíso está en llamas. El corazón del puerto arde bajo el fuego impune, de todos aquellos que siempre le han desviado la mirada y dado la espalda, pero que ahora buscan ser el héroe defensor de los porteños que ahora mascan la rabia por el olvido de años y el aprovechamiento del minuto.

Valparaíso arde, y esta vez no gracias a las bolas de cañón de los buques españoles que alguna vez la bañaron en sangre. Se convierte en cenizas debido a la emanación silenciosa de un gas, el cual lentamente fue actuando propagando su alerta de forma discreta, pero con la clara advertencia que su ataque sería letal. Pero el gas no es el gran causante del paisaje infernal que muchos vieron a través de los medios conmocionados por esta gran noticia. El gran culpable es la indiferencia, que tal como este gas, empezó a crecer de manera silenciosa en los brazos cruzados de todos aquellos que llenaron sus bocas de halagos cuando el puerto fue nombrado patrimonio de la humanidad y creyeron que con esto la tarea estaba cumplida

Valparaíso está herido por la indiferencia de aquellos que creen que con pan y circo el pueblo está tranquilo. ¿Ellos creerán que un carnaval anual aplaca el descontento de sus habitantes y de quienes aman sus calles? Pareciera que el puerto existe para ellos solamente para los fuegos del año nuevo y para la parada del 21 de mayo. Pero el puerto no existe cuando las casas se caen de los cerros en cada temporal, cuando aprueban construcciones aberrantes en zonas históricas, cuando niegan ayuda para mantener la arquitectura, cuando provocan el hacinamiento en sus caserones, cuando hace años había que diseñar una política de prevención. Su indiferencia se transformó en apatía, en la chispa que provocó la explosión

Ellos son indiferentes a Valparaíso, se olvidaron de Valparaíso o jamás han sentido Valparaíso. Se olvidaron de los versos del poeta, de los cantos nacidos en los bares, del intercambio cultural generado con la llegada inmigrante. Ellos al parecer jamás han subido una escalera, nunca conocieron un ascensor, no han caminado por un mirador. Al parecer jamás han sentido el exquisito aire salino en sus orgullosas narices.

Valparaíso ardió, tal como Roma gracias al fuego hipnotizante de Nerón. El cual se debe estar riendo de todos sus camaradas políticos, quienes (des) usando su buen arte de la oratoria, aprovechan la ocasión para disparar sus lenguas contaminadas unos contra otros como bestias confundidas tratando de zafar sus propias culpas jamás asumidas acusando a destajo.

Ahora ellos aman a Valparaíso, ahora que ven como el intenso rojo del fuego va convirtiendo la historia en polvo. Ahora ellos gimotean antes las cámaras con rabia iracunda por perder el valioso patrimonio (y no a los porteños muertos y desaparecidas). Ahora ellos con intensa rabia y emoción exigen encontrar a los culpables como sea, ahora después de décadas de abandono, décadas en que dejaron que los huesos del puerto se transformaran en ratoneras inmundas, donde es imposible percibir las innumerables historias que se tejieron detrás de sus paredes, en las calles adoquinadas, en las húmedas escaleras que algunas vez, en tiempos ya olvidados por muchos, tuvo su esplendor.

Friday, May 27, 2005

lo cotidiano

La vida transcurre sin que uno le de mucha importancia. Total la cotidianidad al final de cuentas siempre se apodera de nuestras vidas, sin embargo eso es parte de la vda y no es precisamente un factor negativo. He ahí uno como sobrelleva su propia cotidianidad.

Lo que es común para todos, es que en algún momento de nuestras vidas afirmamos que el tiempo se fue volando. Entramos al colegio, somos unos pendejos que nos dedicamos a ver dibujos animados y de la nada ya estamos en la enseñanza media buscando minas en cuanto carrete que nos inviten. Cuando estamos preocupados de las minas y las revistas de playboy, de un día para otro estamos sentados en un incómodo banco tratando de achuntarles a las preguntas de la Prueba de Aptitud Académica.

Sí, el tiempo vuela, muere y queda solo en la mente. Ayer estaba en primer año de periodismo preocupado aun de los asados en el parque y ahora me veo hecho todo un "profesional", aunque aún no asuma plenamente esa condición.

Terminó el tiempo donde podía despreocuparme, ya tengo cierta edad y con eso ya han llegado nuevas necesidades. Llegó la preocupación por sobrevivir por mis propios medios, de pagarme todos mis placeres, de comprarme la ropa, de pagarme la locomoción y de invitar a una mina a comer con mi plata ganada y no con la que le saqué al bolsillo del pantalón de mi viejo.

Ahora es fácil decir esto, pero quién te asegura que podrás hacerlo tan livianamente. La educación profesional puede servir, sí es verdad, pero no te da el dinero suficiente, sobre todo pensando en carreras como periodismo que están sobresaturadas. El asunto está en buscar la quinta pata del gato, quien se conforme con lo convencional, estará destinado a conformarse con estar en la linea media laboral y ser uno más dentro de todos los trabajadores.

Yo creo en la opción de tratar de ir más allá, de buscar lo nuevo, lo novedoso y aplicar nuestros conocimientos en eso. No importa que muchos no crean en nuestros proyectos, pero más de alguno se entusiásmará y nos apoyará en nuestra búsqueda. En algún momento nos equivocaremos, pero en otros le achuntaremos, lograremos establecernos y podremos cumplir nuestros anhelos. Lo básico, está en creer en nosotros mismos, en creer en nuestras capacidades y creer que podemos lograr establecer la diferencia.